Jerusalén en la Mira: Hamás Busca Incendiar la Ciudad Sagrada en Pleno Ramadán

Mientras el mundo musulmán se prepara para recibir el mes sagrado del Ramadán, las tensiones en Jerusalén están alcanzando niveles críticos. 



Una Ciudad Sagrada en Peligro

Hamás, el grupo terrorista que controla Gaza, ha lanzado un llamado explícito a "intensificar la resistencia en todas sus formas" en la ciudad santa, avivando las llamas del conflicto justo cuando comienza uno de los períodos más sensibles del calendario islámico.

El jueves, Harun Nasser al-Din, jefe de la oficina de Hamás en Jerusalén —actualmente exiliado fuera de Israel—, declaró sin rodeos que es momento de una "confrontación total" contra lo que describe como "las incursiones de la ocupación". 

En un discurso cargado de retórica incendiaria, acusó a Israel de implementar "planes maliciosos de expulsión y judaización", instando a los palestinos a rechazar cualquier intento israelí de modificar el estatus quo en la ciudad. Sus palabras no son solo una provocación; son una clara incitación a desatar violencia.

El Monte del Templo: El Epicentro de la Tensión

El epicentro de esta escalada potencial es el Monte del Templo, conocido por los musulmanes como Haram al-Sharif y por los judíos como el lugar más sagrado del judaísmo. 

Las autoridades israelíes han propuesto limitar el número de fieles musulmanes permitidos en el recinto durante el Ramadán, estableciendo un límite de 10.000 personas a la vez. 

Esta medida, justificada por razones de seguridad, fue inmediatamente condenada por Hamás como una "escalada peligrosa" que amenaza la libertad de culto en la mezquita Al-Aqsa. 

La organización terrorista advirtió a Israel sobre "las consecuencias" de implementar estas restricciones, asumiendo abiertamente la responsabilidad por cualquier violencia que pueda desencadenarse.

Acuerdo de Rehenes y una Situación Volátil

La situación se complica aún más por el delicado proceso de negociación entre Hamás e Israel sobre el intercambio de rehenes y un alto el fuego en Gaza. 

Durante la noche del miércoles, 642 terroristas fueron liberados como parte del acuerdo, incluidos varios enviados a Jerusalén oriental. 

Este movimiento marca el final de la primera fase del acuerdo, que también contempló la devolución de 33 rehenes, ocho de ellos fallecidos.

Sin embargo, Hamás no parece dispuesta a detenerse ahí. Abd al-Latif al-Qanoua, portavoz del grupo, declaró este jueves que la organización está lista para extender la primera fase del acuerdo o fusionarla con la segunda, siempre y cuando Israel cumpla con sus exigencias. 

Entre ellas destacan el fin "permanente" de las hostilidades en Gaza y la retirada completa de las fuerzas israelíes de la Franja. Según Al-Qanoua, Hamás ya cumplió con todos sus compromisos, mientras que Israel sigue "demorándose".

Ramadán: Un Polvorín Listo para Estallar

El Ramadán siempre ha sido un período de alta tensión en Jerusalén, donde la mezcla de fervor religioso, disputas territoriales y rivalidades políticas puede convertirse rápidamente en violencia. 

En años anteriores, el mes sagrado ha sido testigo de enfrentamientos, ataques terroristas y choques entre manifestantes y fuerzas de seguridad israelíes. 

Este año, con Hamás activamente incitando a la confrontación, el riesgo de una escalada parece mayor que nunca.

Las palabras de Hamás no son meras declaraciones retóricas; son un llamado a la acción. El grupo terrorista ha demostrado repetidamente su capacidad para desatar caos en momentos clave, aprovechando eventos religiosos y políticos para maximizar su impacto. Con la ciudad de Jerusalén ya en alerta máxima, las próximas semanas podrían definir si la región logra mantener una frágil calma o si se sumerge en otra ronda de violencia devastadora.

¿Qué Pasará Ahora?

Mientras Israel se prepara para gestionar tanto la seguridad interna como las negociaciones diplomáticas con Hamás, queda claro que el equilibrio es extremadamente precario.

Cualquier paso en falso podría desatar una tormenta perfecta: disturbios masivos en Jerusalén, nuevos ataques terroristas y un colapso de las conversaciones de paz.

En medio de todo esto, los habitantes de Jerusalén —musulmanes, judíos y cristianos— se encuentran atrapados en el fuego cruzado. Para ellos, el Ramadán, un tiempo tradicionalmente dedicado a la reflexión, la oración y la unidad, podría transformarse en un recordatorio amargo de las divisiones que siguen plagando la ciudad más sagrada del mundo.

🔥 El destino de Jerusalén en las próximas semanas definirá si la región logra mantener una frágil calma o si se sumerge en otra ronda de violencia devastadora.


Fuente: Israel Hayom

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