El antisemitismo es uno de los odios más antiguos del mundo.
Persiste obstinadamente en los tiempos modernos. ¿Cómo comenzó y de dónde surgió? Es difícil responder a estas preguntas.
El Talmud enseña que Sinaí, la montaña en donde los judíos aceptaron la Torá, viene de la palabra en hebreo “siná”, que significa “odio”. Cuando recibimos la Torá en el Monte Sinaí, con sus conceptos de moralidad, bajó al mundo el odio a los judíos.
Sin lugar a dudas, en el mundo antiguo los judíos eran vistos como diferentes basado en su sistema único de creencias. El historiador alemán del siglo XIX, Theodor Mommsen, sostuvo que el odio contra los judíos y las campañas en contra de los judíos eran tan antiguas como la misma diáspora judía.(1) El judaísmo era una anormalidad en el antiguo mundo politeísta.(2) A veces, cuando ocurrían desastres naturales, los judíos eran culpados por “la ira de los dioses”. Eran vistos como extraños porque no tenían estatuas y veneraban a una deidad invisible. La Torá cuenta el miedo y el desprecio de los antiguos egipcios hacia los israelitas.
La mayoría de los paganos estaban dispuestos a aceptar nuevas deidades introducidas por los ejércitos conquistadores. Los judíos, como monoteístas, se rehusaban a hacerlo. Las leyes alimenticias impedían que los judíos comieran con sus vecinos paganos. Los judíos eran considerados perezosos por no trabajar en Shabat. Mientras que diferentes culturas se casaban entre ellas y absorbían los ídolos de los otros, los judíos se mantenían separados. Los judíos eran los mayores inconformistas en un mar de paganismo.(3)
Los eruditos muchas veces llamaron a la hostilidad pagana hacia los judíos antijudaísmo en vez del término más moderno antisemitismo. Pero aquí nos referiremos al odio a los judíos como antisemitismo para evitar confusión.
Las fuentes escritas más numerosas sobre el antisemitismo en el mundo pagano son del periodo greco-romano. Esta fue una época después de la expulsión de Babilonia, cuando muchos judíos vivían fuera de la Tierra Santa en varias diásporas y se mezclaron con otras culturas.
Una de las primeras fuentes antisemitas es de un sacerdote egipcio que hablaba griego y que vivió a principios del siglo III AEC llamado Manetón. Manetón escribió una historia de Egipto, dedicando una sección a los israelitas y al éxodo. Gran parte de los escritos de Manetón se han perdido, pero fue usado como referencia por el antiguo historiador judío Josefo Flavio.
En su versión de los eventos, Manetón alteró la historia del éxodo.(4) En vez de un relato de la liberación judía de la esclavitud en Egipto, Manetón escribió una versión mordaz en donde los dioses egipcios expulsaron a los israelitas para purificar Egipto. Antes de la expulsión, los judíos bajo un príncipe canalla llamado Moisés, aterrorizaron al pueblo egipcio y blasfemaron a sus dioses.
Uno de los mayores centros judíos en la antigüedad era Alejandría, en Egipto. Alejandría era un centro de estudio, principalmente en la gran biblioteca de Alejandría. También era centro de mucha tensión entre judíos y paganos.
Una vez más a partir de Josefo, entendemos que un hombre llamado Apión era un oficial de la biblioteca de Alejandría y escribió una querella mordaz contra los judíos. Entre sus escritos, Apión dijo que los judíos adoraban una cabeza de burro en el Templo de Jerusalem. Josefo derramó mucha tinta defendiendo a los judíos contra las acusaciones de Manetón y Apión
En un libelo más escalofriante que hubiera tenido serias implicancias a lo largo de la historia, Apión acusó a los judíos de secuestrar niños griegos y ofrecerlos como sacrificios humano en el Templo.(5) Las tensiones entre griegos y judíos en Alejandría continuaron creciendo hasta que en el año 115 EC estalló la guerra entre los dos grupos.
El famoso historiador romano Tácito, dedicó grandes segmentos de sus escritos a criticar las prácticas judías. Tácito vivió en la época del Segundo Templo y escribió sus Historias décadas después de su horrible destrucción. Él escribió que los dioses despreciaban a los judíos. Tácito creía que los judíos odiaban todo lo que era sagrado para Roma. Dijo que los ritos judíos “sórdidos y ridículos” y afirmó que los judíos eran el “pueblo más odiado y la nación más vulgar”. Aunque muchos escritores y oradores antiguos despreciaban a los judíos y al judaísmo, los escritos de Tácito son particularmente agresivos.(6)
Hay varios temas en el antisemitismo pagano, algunos de ellos aún son utilizados en contra de los judíos. Uno de estos temas es el origen maligno del judaísmo. Hubo repetidos intentos de minimizar o degradar los eventos que llevaron a la formación del pueblo judío y su apego a la tierra de Israel.
Otra forma de ataque aludía a lo que el mundo pagano percibía como la rareza de las practicas judías. El concepto de descansar un día cada semana para Shabat era considerado ridículo, particularmente cuando aplicaba a las clases bajas y a los esclavos. Que muchos judíos a lo largo del Imperio Romano fueran pobres sólo incrementaba el desprecio. La circuncisión y la abstención de comer cerdo también fueron malentendidos y considerados “barbáricos”.
Un área que especialmente provocó odio fue el proselitismo. A finales de la época antigua los judíos lo hicieron con cierto éxito. Tácito se quejó sobre el proselitismo judío, advirtiendo que aquellos que aceptan la fe judía “odian su tierra natal”.(7) Extrañamente, una de las acusaciones dirigidas a los judíos era que practicaban el “ateísmo” y causaban que otros se convirtieran a esas creencias.
Hay significativa evidencia para argumentar que el antisemitismo pagano antiguo era generalizado. La tragedia es que muchas formas paganas de antisemitismo se transformaron y se adaptaron a lo largo de la historia. El cristianismo, el islam y las sociedades seculares a menudo construyeron sobre los odios paganos y continuaron usando los mismos métodos para atacar a los judíos y al judaísmo.
El Talmud enseña que Sinaí, la montaña en donde los judíos aceptaron la Torá, viene de la palabra en hebreo “siná”, que significa “odio”. Cuando recibimos la Torá en el Monte Sinaí, con sus conceptos de moralidad, bajó al mundo el odio a los judíos.
Sin lugar a dudas, en el mundo antiguo los judíos eran vistos como diferentes basado en su sistema único de creencias. El historiador alemán del siglo XIX, Theodor Mommsen, sostuvo que el odio contra los judíos y las campañas en contra de los judíos eran tan antiguas como la misma diáspora judía.(1) El judaísmo era una anormalidad en el antiguo mundo politeísta.(2) A veces, cuando ocurrían desastres naturales, los judíos eran culpados por “la ira de los dioses”. Eran vistos como extraños porque no tenían estatuas y veneraban a una deidad invisible. La Torá cuenta el miedo y el desprecio de los antiguos egipcios hacia los israelitas.
El judaísmo era una anormalidad en el mundo antiguo politeísta.
La mayoría de los paganos estaban dispuestos a aceptar nuevas deidades introducidas por los ejércitos conquistadores. Los judíos, como monoteístas, se rehusaban a hacerlo. Las leyes alimenticias impedían que los judíos comieran con sus vecinos paganos. Los judíos eran considerados perezosos por no trabajar en Shabat. Mientras que diferentes culturas se casaban entre ellas y absorbían los ídolos de los otros, los judíos se mantenían separados. Los judíos eran los mayores inconformistas en un mar de paganismo.(3)
Los eruditos muchas veces llamaron a la hostilidad pagana hacia los judíos antijudaísmo en vez del término más moderno antisemitismo. Pero aquí nos referiremos al odio a los judíos como antisemitismo para evitar confusión.
Las fuentes escritas más numerosas sobre el antisemitismo en el mundo pagano son del periodo greco-romano. Esta fue una época después de la expulsión de Babilonia, cuando muchos judíos vivían fuera de la Tierra Santa en varias diásporas y se mezclaron con otras culturas.
Manetón
Josefo Flavio
En su versión de los eventos, Manetón alteró la historia del éxodo.(4) En vez de un relato de la liberación judía de la esclavitud en Egipto, Manetón escribió una versión mordaz en donde los dioses egipcios expulsaron a los israelitas para purificar Egipto. Antes de la expulsión, los judíos bajo un príncipe canalla llamado Moisés, aterrorizaron al pueblo egipcio y blasfemaron a sus dioses.
Uno de los mayores centros judíos en la antigüedad era Alejandría, en Egipto. Alejandría era un centro de estudio, principalmente en la gran biblioteca de Alejandría. También era centro de mucha tensión entre judíos y paganos.
Una vez más a partir de Josefo, entendemos que un hombre llamado Apión era un oficial de la biblioteca de Alejandría y escribió una querella mordaz contra los judíos. Entre sus escritos, Apión dijo que los judíos adoraban una cabeza de burro en el Templo de Jerusalem. Josefo derramó mucha tinta defendiendo a los judíos contra las acusaciones de Manetón y Apión
En un libelo más escalofriante que hubiera tenido serias implicancias a lo largo de la historia, Apión acusó a los judíos de secuestrar niños griegos y ofrecerlos como sacrificios humano en el Templo.(5) Las tensiones entre griegos y judíos en Alejandría continuaron creciendo hasta que en el año 115 EC estalló la guerra entre los dos grupos.
Tácito
El famoso historiador romano Tácito, dedicó grandes segmentos de sus escritos a criticar las prácticas judías. Tácito vivió en la época del Segundo Templo y escribió sus Historias décadas después de su horrible destrucción. Él escribió que los dioses despreciaban a los judíos. Tácito creía que los judíos odiaban todo lo que era sagrado para Roma. Dijo que los ritos judíos “sórdidos y ridículos” y afirmó que los judíos eran el “pueblo más odiado y la nación más vulgar”. Aunque muchos escritores y oradores antiguos despreciaban a los judíos y al judaísmo, los escritos de Tácito son particularmente agresivos.(6)
Hay varios temas en el antisemitismo pagano, algunos de ellos aún son utilizados en contra de los judíos. Uno de estos temas es el origen maligno del judaísmo. Hubo repetidos intentos de minimizar o degradar los eventos que llevaron a la formación del pueblo judío y su apego a la tierra de Israel.
Otra forma de ataque aludía a lo que el mundo pagano percibía como la rareza de las practicas judías. El concepto de descansar un día cada semana para Shabat era considerado ridículo, particularmente cuando aplicaba a las clases bajas y a los esclavos. Que muchos judíos a lo largo del Imperio Romano fueran pobres sólo incrementaba el desprecio. La circuncisión y la abstención de comer cerdo también fueron malentendidos y considerados “barbáricos”.
Un área que especialmente provocó odio fue el proselitismo. A finales de la época antigua los judíos lo hicieron con cierto éxito. Tácito se quejó sobre el proselitismo judío, advirtiendo que aquellos que aceptan la fe judía “odian su tierra natal”.(7) Extrañamente, una de las acusaciones dirigidas a los judíos era que practicaban el “ateísmo” y causaban que otros se convirtieran a esas creencias.
Hay significativa evidencia para argumentar que el antisemitismo pagano antiguo era generalizado. La tragedia es que muchas formas paganas de antisemitismo se transformaron y se adaptaron a lo largo de la historia. El cristianismo, el islam y las sociedades seculares a menudo construyeron sobre los odios paganos y continuaron usando los mismos métodos para atacar a los judíos y al judaísmo.
Fuente: Aishlatino