La noche que Irán lanzó una lluvia de 180 misiles balísticos sobre Israel, los tres sistemas de defensa se activaron e implementaron a la perfección. Las posibilidades de que estos sistemas increíblemente complejos funcionen al unísono de forma tan impecable son minúsculas.
Me parece que en realidad no entendemos los milagros absolutos de los que fuimos testigos la semana pasada en Israel.
De hecho, estoy seguro de que no lo entendemos.
Tratemos de desglosarlo.
Israel cuenta con tres sistemas de defensa, cada uno de ellos es una maravilla tecnológica y esto no lo digo yo. Me lo dijo el Dr. Daniel Gold, quien básicamente inventó kipat habarzel, la Cúpula (o Domo) de Hierro. El nivel y la sofisticación de la Cúpula de Hierro simplemente no tiene paralelo.
Pero la Cúpula de Hierro sólo sabe cómo detonar cohetes o misiles de corto alcance dentro de un radio de 70 km, más o menos.
Además de esto, Israel cuenta con el sistema Kela David, Honda de David, que hace frente a misiles de alcance medio de hasta aproximadamente 300 km.
Luego tenemos el sistema Jetz, Flecha, que detona misiles que pueden volar fuera de la atmósfera terrestre. ¡Este tiene un alcance de unos 2.400 km!
La noche que Irán hizo llover sobre Israel más de 180 misiles balísticos, los tres sistemas de defensa fueron activados e implementados a la perfección.
Las posibilidades de que estos sistemas increíblemente complejos funcionen al unísono de forma tan impecable como lo hicieron son minúsculas.
Si una sola cosa no hubiera marchado bien, si uno de esos misiles balísticos hubiese caído en un edificio, un centro comercial o una base militar, estaríamos enterrando a centenares de israelíes.
Y todo esto ni siquiera llega a ser el mayor de los milagros.
Hace un par de días, recibí un mensaje por WhatsApp de un buen amigo que es uno de los principales ejecutivos de Microsoft y que no era exactamente un judío temeroso de Dios. Hasta la noche del ataque de los misiles.
Esto es lo que él me escribió:
"Amigo, si buscas milagros, anoche empecé a creer. Los misiles cayeron a mi alrededor, pero ninguno de ellos impactó mi casa ni ninguna otra".
Él elaboró un poco más y compartió información sobre los misiles que vio aterrizar a pocos metros de lugares muy estratégicos en Israel.
Cada uno de estos sistemas de defensa es en sí mismo bastante milagroso, pero lo que es aún más demencial es el bajo número de víctimas de los cohetes y misiles que NO fueron interceptados.
¿Dónde fueron a parar esos misiles? Te lo diré: aterrizaron en la arena, en el agua y en "espacios vacíos".
¿Has estado alguna vez en Israel? Es un país microscópico. ¿Qué espacios vacíos? ¿Dónde están esos espacios vacíos?
¿Cómo es posible que cientos de misiles balísticos iraníes hayan sido detonados por sistemas milagrosos o erraran totalmente su blanco y aterrizaran en espacios vacíos causando cero víctimas y daños mínimos?
¿Cómo puede ser?
Escucha, lo entiendo. Este proceso de pensamiento nos obliga a preguntarnos: ¿Dónde estaba Dios durante el espantoso ataque terrorista en Yafo? ¿Dónde estaba el 7 de octubre? ¿Dónde estaba durante el Holocausto?
Todas estas son preguntas válidas que requieren una conversación seria.
Pero si entiendes algo sobre lo que debería haber ocurrido la noche que Irán atacó a Israel y a lo largo de esta guerra en general para que haya tan pocas víctimas, sabrás que lo que presenciamos esa noche fue el equivalente a Dios partiendo el mar.
Adivina qué. Cuando Dios partió el mar hubo quienes no creyeron que fuera un milagro y no saltaron a cruzarlo. También hay quienes sienten la necesidad de explicarlo de forma natural. Bueno, está bien.
¿No quieres llamar a lo que ocurrió un acto de Dios? Esa es tu elección. Pero como mi amigo de Microsoft, si observas estos eventos objetivamente, te costará mucho ver esos cientos de misiles mortales aterrizar en espacios vacíos y no ver la mano de Dios.
Este ataque con misiles fue una muestra increíble de la colaboración entre dos de las fuerzas que protegen al pueblo judío: las Fuerzas de Defensa de Israel y Dios.
Esa noche pasará a la historia junto con muchos otros de los logros de Israel en esta guerra (incluidos los bíperes y la baja proporción sin precedentes entre combatientes y civiles), como una operación militar nunca vista en el mundo. ¡Jamás!
Esa noche será analizada por estrategas y expertos militares durante generaciones.
Esa noche fuimos testigos de un hecho histórico.
Esa noche fuimos testigos de milagros abiertos.
Esa noche fuimos testigos de cómo Dios cuida a Sus hijos.
VIDEO:
Me parece que en realidad no entendemos los milagros absolutos de los que fuimos testigos la semana pasada en Israel.
De hecho, estoy seguro de que no lo entendemos.
Tratemos de desglosarlo.
Israel cuenta con tres sistemas de defensa, cada uno de ellos es una maravilla tecnológica y esto no lo digo yo. Me lo dijo el Dr. Daniel Gold, quien básicamente inventó kipat habarzel, la Cúpula (o Domo) de Hierro. El nivel y la sofisticación de la Cúpula de Hierro simplemente no tiene paralelo.
Pero la Cúpula de Hierro sólo sabe cómo detonar cohetes o misiles de corto alcance dentro de un radio de 70 km, más o menos.
Además de esto, Israel cuenta con el sistema Kela David, Honda de David, que hace frente a misiles de alcance medio de hasta aproximadamente 300 km.
Luego tenemos el sistema Jetz, Flecha, que detona misiles que pueden volar fuera de la atmósfera terrestre. ¡Este tiene un alcance de unos 2.400 km!
La noche que Irán hizo llover sobre Israel más de 180 misiles balísticos, los tres sistemas de defensa fueron activados e implementados a la perfección.
Las posibilidades de que estos sistemas increíblemente complejos funcionen al unísono de forma tan impecable como lo hicieron son minúsculas.
Si una sola cosa no hubiera marchado bien, si uno de esos misiles balísticos hubiese caído en un edificio, un centro comercial o una base militar, estaríamos enterrando a centenares de israelíes.
Y todo esto ni siquiera llega a ser el mayor de los milagros.
Hace un par de días, recibí un mensaje por WhatsApp de un buen amigo que es uno de los principales ejecutivos de Microsoft y que no era exactamente un judío temeroso de Dios. Hasta la noche del ataque de los misiles.
Esto es lo que él me escribió:
"Amigo, si buscas milagros, anoche empecé a creer. Los misiles cayeron a mi alrededor, pero ninguno de ellos impactó mi casa ni ninguna otra".
Él elaboró un poco más y compartió información sobre los misiles que vio aterrizar a pocos metros de lugares muy estratégicos en Israel.
Cada uno de estos sistemas de defensa es en sí mismo bastante milagroso, pero lo que es aún más demencial es el bajo número de víctimas de los cohetes y misiles que NO fueron interceptados.
¿Dónde fueron a parar esos misiles? Te lo diré: aterrizaron en la arena, en el agua y en "espacios vacíos".
¿Has estado alguna vez en Israel? Es un país microscópico. ¿Qué espacios vacíos? ¿Dónde están esos espacios vacíos?
¿Cómo es posible que cientos de misiles balísticos iraníes hayan sido detonados por sistemas milagrosos o erraran totalmente su blanco y aterrizaran en espacios vacíos causando cero víctimas y daños mínimos?
¿Cómo puede ser?
Escucha, lo entiendo. Este proceso de pensamiento nos obliga a preguntarnos: ¿Dónde estaba Dios durante el espantoso ataque terrorista en Yafo? ¿Dónde estaba el 7 de octubre? ¿Dónde estaba durante el Holocausto?
Todas estas son preguntas válidas que requieren una conversación seria.
Pero si entiendes algo sobre lo que debería haber ocurrido la noche que Irán atacó a Israel y a lo largo de esta guerra en general para que haya tan pocas víctimas, sabrás que lo que presenciamos esa noche fue el equivalente a Dios partiendo el mar.
Adivina qué. Cuando Dios partió el mar hubo quienes no creyeron que fuera un milagro y no saltaron a cruzarlo. También hay quienes sienten la necesidad de explicarlo de forma natural. Bueno, está bien.
¿No quieres llamar a lo que ocurrió un acto de Dios? Esa es tu elección. Pero como mi amigo de Microsoft, si observas estos eventos objetivamente, te costará mucho ver esos cientos de misiles mortales aterrizar en espacios vacíos y no ver la mano de Dios.
Este ataque con misiles fue una muestra increíble de la colaboración entre dos de las fuerzas que protegen al pueblo judío: las Fuerzas de Defensa de Israel y Dios.
Esa noche pasará a la historia junto con muchos otros de los logros de Israel en esta guerra (incluidos los bíperes y la baja proporción sin precedentes entre combatientes y civiles), como una operación militar nunca vista en el mundo. ¡Jamás!
Esa noche será analizada por estrategas y expertos militares durante generaciones.
Esa noche fuimos testigos de un hecho histórico.
Esa noche fuimos testigos de milagros abiertos.
Esa noche fuimos testigos de cómo Dios cuida a Sus hijos.
FUENTE: https://aishlatino.com/