El jefe político de Hamás residía regularmente en Doha y viajaba con frecuencia a Turquía y El Cairo; sin embargo, eligió Teherán como lugar para el asesinato, lo que permitió a Israel enviar un poderoso mensaje sobre sus capacidades y determinación.
Haniyeh había visitado numerosos países en los últimos meses como parte de los esfuerzos diplomáticos de Hamás para poner fin a la guerra, reuniéndose con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan en Estambul, visitando El Cairo y residiendo regularmente en Doha, Qatar. A pesar de estos viajes, fue asesinado en Teherán, donde asistía a la toma de posesión del nuevo presidente de Irán.
La decisión de Israel es clara: se había comprometido con Qatar a no atacar a los dirigentes de Hamás en su territorio, lo que limitaba los lugares en los que Israel podía actuar contra Haniyeh. Es probable que Israel evitara actuar en Turquía para evitar complicaciones con Erdogan, que recientemente amenazó con una intervención militar en la guerra .
La elección de Teherán permitió a Israel lograr dos objetivos: eliminar al máximo líder de Hamás y enviar a Teherán el mensaje de que no es invulnerable. Si Irán sigue albergando organizaciones terroristas, pagará un alto precio en su país.
Esto también sirve de advertencia a Erdogan, que ha recibido a funcionarios de Hamás en cumbres de alto perfil y está considerando permitirles residir permanentemente en Turquía. Sin embargo, dada la pertenencia de Turquía a la OTAN, una operación israelí tan audaz en su territorio es imposible.
El asesinato de Haniyeh en Teherán es un duro recordatorio para Irán de sus vulnerabilidades en materia de inteligencia y del gran alcance de Israel. Irán parecía envalentonado tras los ataques con misiles y aviones no tripulados contra Israel en abril pasado.
El ministro de inteligencia iraní saliente, Esmail Khatib, afirmó la semana pasada, seis días antes del asesinato de Haniyeh, que "el mayor logro de mi mandato es desmantelar la red de infiltración del Mossad en Irán".
El jefe de la oficina política de Hamás, Ismail Haniyeh, fue asesinado en Teherán en una operación atribuida a Israel, lo que llevó a Irán a amenazar con severas represalias y a generar temores de una guerra regional . La pregunta urgente sigue siendo: ¿por qué fue eliminado en la capital de la República Islámica y no en otro lugar?
La elección de Teherán permitió a Israel lograr dos objetivos: eliminar al máximo líder de Hamás y enviar a Teherán el mensaje de que no es invulnerable. Si Irán sigue albergando organizaciones terroristas, pagará un alto precio en su país.
Esto también sirve de advertencia a Erdogan, que ha recibido a funcionarios de Hamás en cumbres de alto perfil y está considerando permitirles residir permanentemente en Turquía. Sin embargo, dada la pertenencia de Turquía a la OTAN, una operación israelí tan audaz en su territorio es imposible.
El ministro de inteligencia iraní saliente, Esmail Khatib, afirmó la semana pasada, seis días antes del asesinato de Haniyeh, que "el mayor logro de mi mandato es desmantelar la red de infiltración del Mossad en Irán".
Su declaración se ha convertido ahora en objeto de burla entre los opositores al régimen, ya que el asesinato de Haniyeh se suma a una larga lista de acciones atribuidas a Israel en el corazón de la República Islámica .
FUENTE: https://www.ynetnews.com/article/hjmo1apfa
