En Israel, cada año, meses antes de la festividad de Purim el ambiente festivo inunda las calles y las casas. Los negocios se llenan de cajas con hamantaschen (oznei Hamán u orejas de Hamán) de diversos sabores y los niños y adolescentes piensan en ideas para disfrazarse.
Purim, la fiesta judía que se celebra el 14 de adar, es una de las festividades más emocionantes del calendario judío. Es una época de alegría, disfraces e indulgencia. Uno de los aspectos claves de Purim es mishloaj manot, una tradición que consiste en enviar cestas con comida a amigos y familiares.
La historia de los mishloaj manot se remonta al Libro de Ester, que se lee cada año en Purim y cuenta la historia de cómo los judíos se salvaron de ser aniquilados en la Persia antigua. De acuerdo con la historia, Hamán, un consejero del rey persa, planeó exterminar a todos los judíos del reino. Pero la reina Ester y su tío Mordejai frustraron el plan de Hamán, y los judíos se salvaron.
Para conmemorar este milagroso evento, los judíos fijaron la festividad de Purim y promulgaron varias tradiciones, entre ellas la lectura de la Meguilá (la historia de Ester), dar caridad a los pobres (matanot laevionim), y el intercambio de regalos de comida (mishloaj manot).
Ahora hablaremos de mishloaj manot. Esta es la excusa perfecta para darse un gusto con toda clase de manjares deliciosos, y también es una forma bonita de demostrar a tus amigos y parientes que te preocupas por ellos. Además, ¿A quién no le gusta recibir de sorpresa una cesta de comida?
De acuerdo con una opinión, la mitzvá (el mandamiento) de mishloaj manot sirve para contrarrestar las acusaciones de Hamán. Hamán acusó a los judíos de ser una "nación dispersa y fragmentada". Por eso el pueblo judío se hace regalos los unos a los otros, para demostrar que están unidos y no separados. Los mishloaj manot ofrecen paz y armonía a una comunidad judía a veces quebrada y controvertida.
Otra interpretación es que damos cestas de regalos para que todos puedan tener una adecuada comida festiva en Purim. En otras palabras, la mitzvá pretende garantizar que ricos y pobres por igual tengan comida en Purim.
Otros creen que la mitzvá de mishloaj manot deriva de otra mitzvá de Purim que es la de dar regalos a los pobres. Para evitar que los pobres se sientan avergonzados por no tener dinero suficiente para la comida de Purim, los rabinos decretaron que "no sólo los pobres, sino todas las personas deben enviar y recibir regalos en Purim".
El poder de dar
Rabí Najman, un importante líder pensador judío del siglo XIX; acuñó la idea de que es un mandamiento estar feliz. No sólo en Purim sino todo el tiempo. La pregunta que debemos formular es cómo es posible estar todo el tiempo felices.
Purim trata de dar una respuesta a esta pregunta. Al dar, recibimos.
Uno de los temas principales de la festividad es estar alegres. Bebemos vino para alegrarnos, nos disfrazamos y tenemos un banquete para estar felices. ¿Pero qué felicidad se logra al dar?
Un estudio del 2010 reveló que "la gente experimenta mejores estados de ánimo cuando da más dinero a otros, pero sólo si tienen la opción de decidir cuánto dar". En síntesis, dar caridad nos vuelve más felices, especialmente cuando elegimos dar por propia voluntad.
En otro experimento social realizado en el 2008, le dijeron a la mitad de los participantes que invirtieran el dinero en sí mismos, y a la otra mitad que lo gastaran para otra persona. Esa noche, aquellos que invirtieron el dinero en otros dijeron sentirse mucho más felices a lo largo del día que aquellos que lo invirtieron en sí mismos.
Purim se trata de dar a los demás sin la expectativa de recibir nada a cambio. Los mishloaj manot nos enseñan que para ser felices en el día más feliz del año no es necesario caerse al suelo borracho ni comernos todos los oznei Hamán de chocolate. En cambio, el secreto para ser felices es dar a los demás.
Purim: un momento para abrir nuestro corazón
Pero el mishloaj manot no se trata sólo de la comida. Se trata de invertir pensamiento y esfuerzo para preparar la canasta. Se trata de unir a las personas, reduciendo la distancia que normalmente la sociedad dictamina. Los regalos no se reservan sólo para los cumpleaños o aniversarios, dar es un elemento crucial del judaísmo, y al mostrar a los demás que nos preocupamos por ellos, acercamos más a los judíos.
Purim es un momento para ser indulgentes con los más deliciosos manjares, para mostrar a nuestros seres queridos que los amamos, y flexionar nuestros músculos creativos. Adelante, prepara una canasta (o dos o tres) para tus amigos y familia. Créeme, lo van a apreciar.
Purim, la fiesta judía que se celebra el 14 de adar, es una de las festividades más emocionantes del calendario judío. Es una época de alegría, disfraces e indulgencia. Uno de los aspectos claves de Purim es mishloaj manot, una tradición que consiste en enviar cestas con comida a amigos y familiares.
La historia de los mishloaj manot se remonta al Libro de Ester, que se lee cada año en Purim y cuenta la historia de cómo los judíos se salvaron de ser aniquilados en la Persia antigua. De acuerdo con la historia, Hamán, un consejero del rey persa, planeó exterminar a todos los judíos del reino. Pero la reina Ester y su tío Mordejai frustraron el plan de Hamán, y los judíos se salvaron.
Para conmemorar este milagroso evento, los judíos fijaron la festividad de Purim y promulgaron varias tradiciones, entre ellas la lectura de la Meguilá (la historia de Ester), dar caridad a los pobres (matanot laevionim), y el intercambio de regalos de comida (mishloaj manot).
Ahora hablaremos de mishloaj manot. Esta es la excusa perfecta para darse un gusto con toda clase de manjares deliciosos, y también es una forma bonita de demostrar a tus amigos y parientes que te preocupas por ellos. Además, ¿A quién no le gusta recibir de sorpresa una cesta de comida?
¿Por qué Mishloaj Manot?
De acuerdo con una opinión, la mitzvá (el mandamiento) de mishloaj manot sirve para contrarrestar las acusaciones de Hamán. Hamán acusó a los judíos de ser una "nación dispersa y fragmentada". Por eso el pueblo judío se hace regalos los unos a los otros, para demostrar que están unidos y no separados. Los mishloaj manot ofrecen paz y armonía a una comunidad judía a veces quebrada y controvertida.
Otra interpretación es que damos cestas de regalos para que todos puedan tener una adecuada comida festiva en Purim. En otras palabras, la mitzvá pretende garantizar que ricos y pobres por igual tengan comida en Purim.
Otros creen que la mitzvá de mishloaj manot deriva de otra mitzvá de Purim que es la de dar regalos a los pobres. Para evitar que los pobres se sientan avergonzados por no tener dinero suficiente para la comida de Purim, los rabinos decretaron que "no sólo los pobres, sino todas las personas deben enviar y recibir regalos en Purim".
El poder de dar
Rabí Najman, un importante líder pensador judío del siglo XIX; acuñó la idea de que es un mandamiento estar feliz. No sólo en Purim sino todo el tiempo. La pregunta que debemos formular es cómo es posible estar todo el tiempo felices.
Purim trata de dar una respuesta a esta pregunta. Al dar, recibimos.
Uno de los temas principales de la festividad es estar alegres. Bebemos vino para alegrarnos, nos disfrazamos y tenemos un banquete para estar felices. ¿Pero qué felicidad se logra al dar?
Un estudio del 2010 reveló que "la gente experimenta mejores estados de ánimo cuando da más dinero a otros, pero sólo si tienen la opción de decidir cuánto dar". En síntesis, dar caridad nos vuelve más felices, especialmente cuando elegimos dar por propia voluntad.
En otro experimento social realizado en el 2008, le dijeron a la mitad de los participantes que invirtieran el dinero en sí mismos, y a la otra mitad que lo gastaran para otra persona. Esa noche, aquellos que invirtieron el dinero en otros dijeron sentirse mucho más felices a lo largo del día que aquellos que lo invirtieron en sí mismos.
Purim se trata de dar a los demás sin la expectativa de recibir nada a cambio. Los mishloaj manot nos enseñan que para ser felices en el día más feliz del año no es necesario caerse al suelo borracho ni comernos todos los oznei Hamán de chocolate. En cambio, el secreto para ser felices es dar a los demás.
Purim: un momento para abrir nuestro corazón
Pero el mishloaj manot no se trata sólo de la comida. Se trata de invertir pensamiento y esfuerzo para preparar la canasta. Se trata de unir a las personas, reduciendo la distancia que normalmente la sociedad dictamina. Los regalos no se reservan sólo para los cumpleaños o aniversarios, dar es un elemento crucial del judaísmo, y al mostrar a los demás que nos preocupamos por ellos, acercamos más a los judíos.
Purim es un momento para ser indulgentes con los más deliciosos manjares, para mostrar a nuestros seres queridos que los amamos, y flexionar nuestros músculos creativos. Adelante, prepara una canasta (o dos o tres) para tus amigos y familia. Créeme, lo van a apreciar.
FUENTE: AISHLATINO